miércoles, 23 de julio de 2014

Manual de Estilos – Barroco

Para referirnos al Barroco tradicional, debemos centrarnos en el S.XVII hasta principios del XVIII,  con un mayor auge durante el absolutismo de Luis XIV. Para el monarca, simbolizar su poder empezaba por la propia imagen. Con él, Francia rápidamente se convirtió en capital de moda y tendencias y el estilo pasó a la fama como la estética de la opulencia y del mostrar.

Hablando específicamente de la moda, el barroco utilizaba para representar sus objetivos (1), materiales nobles como los brocatos, finos terciopelos, organzas, encajes y pedrería (preciosa o semipreciosa), mucho aplique y bordado (con motivos que imitasen a la naturaleza, generalmente florales, o muchas líneas curvas (2) que generaban la idea de movimiento. También se jugaba mucho con el contraste de luz y color entre la tela, el hilo y la pedrería), por ello, y entre otras cosas, fue un estilo con muchas texturas.  En la mujer, la cintura sube y se ciñe, las caderas se agrandan y los pechos se denotan (ya sea con escote cuadrado o bote) como símbolo de bonanza y prosperidad. Los hombres, a su vez, imbuidos por el espíritu teatral /dramático de la época, tenían un vestuario cargado de símbolos de status, lujo y jerarquía. Como cultura de la imagen, el barroco puso el énfasis en manifestar el poder absoluto (de la Iglesia o el Estado), pero de manera muy estimulante. Fue el estilo de la aristocracia y la corte que daba cuenta de su boato y majestuosidad.



Refiriéndonos a nuestra época, la crisis económica que afronta Europa desde hace algunos años, tuvo, a comienzos de la década, una respuesta por parte del mundo de la moda y, así como en la segunda post guerra un “descarado” Christian Dior proponía volver a disfrutar con su New Look, distintas casas propusieron cambiar el foco contraponiendo a la crisis todo el universo de bellas sensaciones y estímulos que propone el barroco con sus telas y bordados y, por otro lado, activar toda la simbología palaciega del mismo ante una economía que se presenta restrictiva. Toda una cachetada con guante blanco por parte de Alexander Mc Queen, Dolce & Gabanna, Miu Miu, Balmain, Versace, Gucci, Lanvin, Valentino, Etro y más.

Alexander Mc Queen en el otoño / invierno 2011 lo presentó con protagonismo de terciopelo en rubí con bordados dorados y siluetas súper trabajadas para una colección con aires futuristas y dramáticos.

Continuó Prada en la primavera / verano con una colección de anteojos llamada “baroque”.

Encajes y pedrerías barrocas siguieron en curso en el 2012 con Dolce & Gabanna como abanderados. Los diseñadores italianos presentaron una colección con predominio de negro con bordados curvilíneos dorados, un contraste típico del barroco, blondas, puntillas y pedrerías conformaron los apliques y ornamentación propios del período. Los estampados florales en gruesos brocados se compensaron con unas inimaginables transparencias (también bordadas, claro).

Mientras Versace lo utilizó en estampados y bordados que lo vuelven un tanto rocker - en Balmain se torna rocker / futurista y en Gucci, un rocker /abstraccionista- Salvatore Ferragamo se hizo con el estilo con su bordado típico para las botas (¡buenísimas!) a su vez, Valentino lo recreó, casi podríamos decir avant la lettre,  en sus vestidos.

Durante el 2013 lo seguimos viendo con fuerza, sobre todo en las colecciones bisagra (3), con Chanel como su mejor exponente, inspirándose en Versalles y María Antonieta. Pero tal es lo recargado del estilo, que cae de suyo y éste 2014 trajo un mix de tendencias alivianadas que lo van dejando pasar. Sin embargo, para aquellas que no renuncian a lo recargado – o se declaran decididamente barrocas- pueden, en los resabios del barroco del S. XXI, encontrar prendas larga duración: la minifalda (que puede acompañarse con leggins para bajar un tanto la opulencia) es una de ellas; las blusas combinadas con prendas monocromo son otras y tal vez las mejores en términos de atemporalidad (4); para las que buscan acentos se indican los accesorios: aros, clutchs, carteras, anteojos, zapatos, botas del estilo son también opciones viables para perdurar más allá de las tendencias. Vestidos, pantalones y blazers son indicados para las más audaces y lo que trajo nuestra década, es demasiado puntual.

En Buenos Aires, ésta temporada una vuelta por Rapsodia nos muestra una mezcla de barroquismo étnico, sólo para personalidades peculiares, nosotros, no obstante, la recomendamos mucho. (5)

Como sea que guste llevarlo, el refinamiento a su ornamentación corre por cuenta de la usuaria, antes y ahora.  Como expresó Vreeland: “la única elegancia real está en la mente, todo lo demás viene de ella”. El barroco, por tanto, acompañará siempre a los espíritus aristocráticos.

María de la Cruz Rojo
Croix Asesoramiento de Imagen

Notas

(1)    Entre ellos, la exaltación de los sentidos, la denotación de la posición social, la influencia de la teatralidad, la alegría de vivir y su disfrute.
(2)    Como en la arquitectura, dónde reinó durante el período la curva y la contracurva.
(3)    Aquellas que comienzan en un año y terminan en otro.
(4)    ¿Qué tal un traje sastre, o un jeans oscuro con blazer que combine barroco con estilo Tomboy?: http://croixasesoramiento.blogspot.com.ar/2014/06/manual-de-estilos-tomboy.html


Fuentes


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