Controversial,
tal es la propuesta sobre la que insiste, desde el 2008 y de diferentes formas,
Miuccia Prada, precursora de la tendencia, pero es recién desde la temporada
pasada que viene haciéndose un lugar en la aceptación de fashionistas, prensa y
público en general, aunque en aquellos comienzos, por lo menos algunas voces
desde el lugar de crítica y consumo de moda, daban un inapelable “NO”, aún
cuando se tratara de Prada.
El
protocolo aquí es tajante: nunca se usan
medias con sandalias. Si se llevan sandalias, los pies irán descalzos, y aquí
cabe aclarar que un pie descalzo también queda fuera de protocolo. El mismo
exige zapatos cerrados. Las sandalias, por lo tanto, son consideradas un calzado
informal, típico de épocas cálidas.
Pero
tanto va el agua (o Miuccia) al cántaro que en Europa y Estados Unidos los
estamos viendo juntos, los usan desde las colegialas hasta en los street style
de las semanas de la moda. Y es tan así que en New York, en la feria de arte
Frieze, se ha visto una serie de calcetines con estampas de cuadros famosos:
Argentina
y Buenos Aires son más renuentes a la aceptación. Y es casi contradictorio,
porque es una manera de permitirnos tanto el uso de un calzado que nos encanta
y que usamos mucho, sin tener que resignarlo en épocas de frío, así como una
pequeña transgresión protocolar.
Un estilo
desenfadado, irreverente y jovial, aunque
no apto para toda ocasión, que nos permite mantener durante las cuatro
estaciones las sandalias a mano.
María de
la Cruz Rojo
Croix
Asesoramiento de Imagen
Fuentes
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