Chikan, derivación de la palabra persa “chikeen” (que designa un
tipo particular de tela bordada) consistía tradicionalmente en bellos trabajos
– principalmente florales -realizados únicamente con hilo blanco de algodón
crudo sobre muselina (llamada tanzeb)
o algodón blanco -por lo que era conocido como “white on white” o “whitework
embroidery”.
Septentrional, al igual que el resto
de los bordados indios que hemos estado reseñando, el Chikan tuvo y tiene su
foco en Lucknow, región de Uttar Pradesh. Su origen está disputado entre
historia y mito. Se encuentra mencionado en las crónicas del viajero griego
Megasthenes, en el siglo III AC, quien hace referencia al uso de muselinas
floreadas por parte de los indios. La mayoría de los registros históricos
indican que en el siglo XVII fue introducido por Noorjehan, reina consorte del
emperador mogol Jehangir, quien dominaba
el arte, se inspiraba en los bordados turcos y cuyos diseños y patrones
personales todavía existen; otras versiones dicen que proviene del este de
Bengala, pero lo más probable es que luego de la caída de los mogoles, los
artesanos que perdieron el patronazgo, migraran y por tal motivo se encontrara
un foco de Chikan en ésta región. Pero a nosotros el relato que más nos gusta
es aquél que se corresponde con la creencia de los bordadores. El mismo cuenta
que el origen del chikankari (se
conoce así al proceso del bordado chikan) data de los tiempos antiguos: un
viajero pasaba por una villa cerca de Lucknow y pidió un poco de agua a un
campesino pobre, quien atendió el pedido; en agradecimiento, el viajero le
enseñó el arte del chikankari, cuya labor nunca le permitiría pasar hambre. Y
según la creencia, el viajero era el mismo profeta.
El Chikan fue un arte de las
cortes. Los mogoles apadrinaron el oficio que sucumbió con los bajos precios de
los textiles de Inglaterra, durante el imperio británico. Luego de la independencia, se pusieron en
marcha diversos esfuerzos para revivir ésta industria, es así que fue lanzado, en 1947, el “esquema de
bordado Chikan”, el cual se pasa de generación en generación (como
antiguamente), es practicado principalmente por mujeres y representa el
sustento de miles de familias de Lucknow y alrededores. Su proceso sigue siendo una labor ardua y que
involucra diversas etapas y bordadores:
los diseños (principalmente florales y geométricos) se deciden de acuerdo a la
tela y el tipo de puntada se decide de acuerdo al diseño. Cuando se tiene la
tela se corta de acuerdo a la prenda a realizar (kurtas, pashminas, sarees y,
hoy en día, también cortinas, ropa de cama o ropa de mesa), se imprimen los
patrones del diseño con bloques de impresión con tintas lavables o manualmente
(con un remarcado), se realiza el bordado (antiguamente, se conocían 40 tipos
de puntos y hoy en día se conocen entre 30 a 35, agrupándose en tres tipos
principales: puntos planos, de relieve y enrejados abiertos, ésta variedad en
estilos de puntos lo vuelven imposible de imitar. Similar al kashida (1) hay un método en la
aplicación de los tipos de puntos, lo cual no deja de asombrarnos por lo
acertivo e impecable en su disciplina en cuanto a los tipos de puntos asignados
a un propósito particular. Por ejemplo, el punto cadena (llamado zanjeera) solo se utiliza para el
contorno final de una hoja, pétalo o tallo. Luego se realiza el Jaali (o
enrejado) una especialidad única del chikankari, un trabajo en que los hilos
nunca se cosen a través de la tela y se trabajan buscando una abertura, una separación
(hecha adrede con la aguja) que produce el efecto de enrejado; luego de dar las
puntadas finales, se procede al lavado de la tintura y al almidonado de la
prenda. El proceso total puede llevar entre uno a seis meses en los que
diferentes especialistas trabajan con diferentes puntadas: en el chikan, los
bordadores del jaali no realizan el trabajo de llenado, cuando culmina su fase,
el bordador envía el tejido al siguiente, de acuerdo con esto, los salarios de
cada tipo de bordador se fijan por separado.
Hoy en día, ya no se trata de
blanco sobre blanco, el color en telas e hilos ganó terreno de acuerdo con las
demandas de mercado, pero la belleza del trabajo que involucra tanta labor con
tanta historia por detrás, hace del colorido un detalle de nuestros días que
nos habla del derrotero del bordado Chikan a través de su propia historia,
repleta de flores, enredaderas, fauna local, frutas o figuras geométricas: una
sinfonía laboriosa que representa la joya de la corona para la región de
Lucknow y sus habitantes.
María de la Cruz Rojo
Croix Asesoramiento de Imagen
Notas
(1)
Bordado Kashida: http://croixasesoramiento.blogspot.com.ar/2014/06/bordado-kashida-una-oda-la-naturaleza.html
Fuentes
http://www.chikanbarn.com/Resources/85fd99ef-58a6-4bd8-9a2c-09494d8b8d20/Documents/671/Chikankari-The%20History%20and%20its%20Making.pdf
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