Durante el mes
de junio pasado, las grandes capitales de la moda, Londres, Milán, Florencia y
París, celebraron una a una la semana de la moda masculina. De esas cuatro
semanas hemos podido extraer algunos tópicos claves en las propuestas menswear
de las casas consagradas y de los nuevos talentos participantes para la próxima
primavera / verano:
- Los
cortes de la sastrería tradicional se relajan: en líneas generales todas
las casas buscaron refreshear la rígidez del traje masculino tradicional
para dotarlo de actualidad.
- Se
continúa trabajando en el armario
mixto, de dónde las propuestas cargan las tintas en la androginia.
- Tal
vez debido a ésta búsqueda, se
utilizan y combinan colores estridentes, antes impensados en un
armario masculino.
- Por
lo mismo, hemos visto muchos
estampados peculiares, así como el empleo de transparencias y agujeros,
la idea es mostrar la piel.
- Sin
embargo, las estampas más tradicionales siguen en auge: los cuadros y
rayas (ya sean verticales u horizontales, incluso con versiones extrafalarias
de raya diplomática) fueron protagonistas absolutos.
Por supuesto no
nos mostramos contrarios al desarrollo, pero no creemos que los diseñadores
estén llegando a su punto, la androginia que proponen pasa más por la emulación
de lo femenino que por lograr una ambigüedad, cayendo MUCHAS veces en lo
kitsch. Tal vez por eso nos quedamos con las propuestas de Armani, para lo que
es un estilo más formal pero modernizado y con Diesel para un casual de
aquellos con un look más rocker, ambos presentes en la pasarela de Milán. Con
mucho esfuerzo nos convencieron algunas prendas de Z Zegna (Florencia), un
traje y algunos pantalones de Topman (Londres) y algo de Vuitton en París.
El universo de
la etiqueta masculina se presenta, si se
nos permite, más sencillo (como los propios hombres) que el universo del
armario femenino, lo que no equivale a decir que esté carente de estilo.
Podemos observar tres grandes categorías:
Formal: siempre de traje; frac, chaqué y smoking para grandes
ocasiones o celebraciones; completamente relacionado con labores ejecutivas /
empresariales.
Informal: cuando el estilo formal está de “fin de semana”.
Casual:
más acorde con las profesiones creativas.
A partir de
aquí se desarrolla todo un sistema de uso: qué camisa, qué corbata, qué
zapatos, qué cuellos, a qué hora, para qué ocasión, etc. Nos parece impensable
que un ejecutivo hoy utilice zapatillas en su día a día, por más que sean de un
diseño avanzado, tampoco ignoramos las cuestiones relativas a la demografía en
las grandes ciudades, las cuestiones ecológicas, el uso de bicicleta en
detrimento del auto, etc., factores todos que están empujando hacia un nuevo
paradigma en lo referido a la etiqueta masculina, pero con tanta genialidad en
diseño, creemos que se podrían crear modelos que guarden cierta discreción a la
hora de acompañar un traje, por más que se trate de un traje moderno . Insistimos en que las propuestas del armario mixto
nos parecen más un capricho artístico (o redondamente personal, y, disculpen,
ridículas) que un verdadero proyecto andrógino, o, al menos consideramos que no
están dando en la tecla, para ejemplo, las colecciones de una casa clásica como
Saint Laurent o de un diseñador emergente como J. Anderson:
Y como de
códigos de etiqueta masculina se trata, nos ha venido como anillo al dedo la
publicación de Daniel Heredia recomendando 10 títulos para lograr un armario
masculino perfecto, “perfecto” en términos tradicionales, para lo cual
reiteramos la propuesta de Armani a caballo de lo clásico / moderno, lo demás va a ser difícil de encajar:
María de la
Cruz Rojo
Croix Asesoramiento de Imagen
Fuentes
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