Para referirnos al Barroco
tradicional, debemos centrarnos en el S.XVII hasta principios del XVIII, con un mayor auge durante el absolutismo de
Luis XIV. Para el monarca, simbolizar su poder empezaba por la propia imagen. Con
él, Francia rápidamente se convirtió en capital de moda y tendencias y el
estilo pasó a la fama como la estética de la opulencia y del
mostrar.
Hablando específicamente de la
moda, el barroco utilizaba para representar sus objetivos (1), materiales nobles
como los brocatos, finos terciopelos, organzas, encajes y pedrería (preciosa o
semipreciosa), mucho aplique y bordado (con
motivos que imitasen a la naturaleza, generalmente florales, o muchas líneas
curvas (2) que generaban la idea de movimiento. También se jugaba mucho con el
contraste de luz y color entre la tela, el hilo y la pedrería), por ello, y
entre otras cosas, fue un estilo con muchas texturas. En la mujer, la cintura sube y se ciñe, las
caderas se agrandan y los pechos se denotan (ya sea con escote cuadrado o bote)
como símbolo de bonanza y prosperidad. Los hombres, a su vez, imbuidos por el
espíritu teatral /dramático de la época, tenían un vestuario cargado de
símbolos de status, lujo y jerarquía. Como cultura de la imagen, el barroco
puso el énfasis en manifestar el poder absoluto (de la Iglesia o el Estado),
pero de manera muy estimulante. Fue el estilo de la aristocracia y la corte que
daba cuenta de su boato y majestuosidad.
Refiriéndonos a nuestra época, la
crisis económica que afronta Europa desde hace algunos años, tuvo, a comienzos
de la década, una respuesta por parte del mundo de la moda y, así como en la
segunda post guerra un “descarado” Christian Dior proponía volver a disfrutar
con su New Look, distintas casas propusieron cambiar el foco contraponiendo a
la crisis todo el universo de bellas sensaciones y estímulos que propone el
barroco con sus telas y bordados y, por otro lado, activar toda la simbología
palaciega del mismo ante una economía que se presenta restrictiva. Toda una
cachetada con guante blanco por parte de Alexander Mc Queen, Dolce &
Gabanna, Miu Miu, Balmain, Versace, Gucci, Lanvin, Valentino, Etro y más.
Alexander Mc Queen en el otoño /
invierno 2011 lo presentó con protagonismo de terciopelo en rubí con bordados
dorados y siluetas súper trabajadas para una colección con aires futuristas y
dramáticos.
Continuó Prada en la primavera /
verano con una colección de anteojos llamada “baroque”.
Encajes y pedrerías barrocas siguieron
en curso en el 2012 con Dolce & Gabanna como abanderados. Los diseñadores
italianos presentaron una colección con predominio de negro con bordados
curvilíneos dorados, un contraste típico del barroco, blondas, puntillas y
pedrerías conformaron los apliques y ornamentación propios del período. Los
estampados florales en gruesos brocados se compensaron con unas inimaginables
transparencias (también bordadas, claro).
Mientras Versace lo utilizó en
estampados y bordados que lo vuelven un tanto rocker - en Balmain se torna rocker / futurista y en Gucci, un rocker /abstraccionista- Salvatore
Ferragamo se hizo con el estilo con su bordado típico para las botas
(¡buenísimas!) a su vez, Valentino lo recreó, casi podríamos decir avant la lettre, en sus vestidos.
Durante el 2013 lo seguimos
viendo con fuerza, sobre todo en las colecciones bisagra (3), con Chanel como su
mejor exponente, inspirándose en Versalles y María Antonieta. Pero tal es lo
recargado del estilo, que cae de suyo y éste 2014 trajo un mix de tendencias
alivianadas que lo van dejando pasar. Sin embargo, para aquellas que no
renuncian a lo recargado – o se declaran decididamente barrocas- pueden, en los
resabios del barroco del S. XXI, encontrar prendas larga duración: la minifalda
(que puede acompañarse con leggins para bajar un tanto la opulencia) es una de
ellas; las blusas combinadas con prendas monocromo son otras y tal vez las
mejores en términos de atemporalidad (4); para las que buscan acentos se
indican los accesorios: aros, clutchs, carteras, anteojos, zapatos, botas del
estilo son también opciones viables para perdurar más allá de las tendencias.
Vestidos, pantalones y blazers son indicados para las más audaces y lo que
trajo nuestra década, es demasiado puntual.
En Buenos Aires, ésta temporada
una vuelta por Rapsodia nos muestra una mezcla de barroquismo étnico,
sólo para personalidades peculiares, nosotros, no obstante, la recomendamos
mucho. (5)
Como sea que guste llevarlo, el refinamiento a su
ornamentación corre por cuenta de la usuaria, antes y ahora. Como expresó Vreeland: “la única elegancia real está en la mente, todo lo demás viene de ella”.
El barroco, por tanto, acompañará siempre a los espíritus aristocráticos.
María de la Cruz Rojo
Croix Asesoramiento de Imagen
Notas
(1)
Entre ellos, la exaltación de los sentidos, la
denotación de la posición social, la influencia de la teatralidad, la alegría
de vivir y su disfrute.
(2)
Como en la arquitectura, dónde reinó durante el
período la curva y la contracurva.
(3)
Aquellas que comienzan en un año y terminan en
otro.
(4)
¿Qué tal un traje sastre, o un jeans oscuro con
blazer que combine barroco con estilo Tomboy?: http://croixasesoramiento.blogspot.com.ar/2014/06/manual-de-estilos-tomboy.html
Fuentes
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