El POP tiene
su continuidad en el siglo XXI a través del trabajo de diseñadores como Jeremy
Scott. Ésta fórmula que conserva las premisas de un consumo lúdico de lo que
fuera el otrora movimiento artístico de los 60´, trae claves específicas para
ésta temporada. Scott está -casi- imposibilitado a resignar las estridencias de
color, decimos "casi" porque en el caso de él, su empleo es un rasgo
característico de la firma; lo utiliza en colores con una energía definida, a
pasos de la estridencia, combinándolos en franjas (como columnas) gruesas que
resultan en combinaciones divertidas pero no kitsch, las cuales, al entrar en
combinación con prendas ceñidas, estilizan y alargan (un buen dato para figuras
bajas con importantes volumetrías), éste trabajo es el resultado de su
asociación con el artista pop Kenny Scharf, quién colaboró con las impresiones
(colaboración que también aparece en las corbatas, en los rostros de los
sweaters, vestidos y pantalones, los garabatos y la pasta de dientes):
Ha utilizado cuero, tejido de punto y algo de jeans en minis, minivestidos, corsetitos y soutiens, crop tops (very trendy!), chaquetas, minishorts, pantalones, trajes de baño, botitas y borcegos. Cuando su estilo pop se vuelve más rocker, aparece el vinilo y los cierres. También hemos visto cut out y algo de animal print en combinaciones impensadas. Vale aclarar que es una colección para ellas y ellos, porque en el siglo XXI consumen ambos -como otrora consumían las chicas - y Scott lo tiene clarísimo.
María de la Cruz Rojo
Croix Asesoramiento de Imagen
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