Preciosismo, es la palabra exacta
para definir ésta hermosa técnica de bordado india de raíces persas.
Algunas fuentes ubican su
existencia desde la época del Rig Veda (1); sin embargo, el Zardozi no es
originario de India, es un antiguo
bordado persa, su nombre proviene de ésta lengua: Zar = Oro y Dozi o Douzi =
bordar y algunas de sus traducciones posibles son “coser con hilos de oro” o “bordado
de oro”.
La técnica pasó a India en el siglo XII con las primeras invasiones musulmanas, que llevaron consigo a los artesanos que la conocían, para vivir su apogeo en el XVII, bajo el patrocinio del emperador mogol Akbar, constituyéndose en un arte imperial en el cual se utilizaban hilos de oro y plata más incrustaciones de perlas, metales y /o piedras preciosas para constituir complejos patrones que adornaban los trajes de la corte (y muy especialmente de la familia real), los tapices que decoraban las paredes, las telas de las tiendas reales de campaña y los ricos abalorios de elefantes y caballos. Los bordados solían realizarse sobre seda, terciopelo y brocado. El método artesanal de preparar los alambres de oro (llamados zari) para el bordado era complicado y requería de gran habilidad, se cubría con oro tres veces una barra de plata afilada en los extremos. Luego se calentaba en un horno hasta que se formaba una aleación. Más tarde, la barra dorada se forzaba a través de una serie de agujeros cada vez más pequeños hechos en láminas de acero hasta que las dimensiones requeridas fueran obtenidas, así se obtenía el futuro hilo brillante. Seguidamente, éste alambre se aplanaba y retorcía alrededor de de un hilo de rosca de seda color amarillo oscuro para obtener el zari.
La técnica pasó a India en el siglo XII con las primeras invasiones musulmanas, que llevaron consigo a los artesanos que la conocían, para vivir su apogeo en el XVII, bajo el patrocinio del emperador mogol Akbar, constituyéndose en un arte imperial en el cual se utilizaban hilos de oro y plata más incrustaciones de perlas, metales y /o piedras preciosas para constituir complejos patrones que adornaban los trajes de la corte (y muy especialmente de la familia real), los tapices que decoraban las paredes, las telas de las tiendas reales de campaña y los ricos abalorios de elefantes y caballos. Los bordados solían realizarse sobre seda, terciopelo y brocado. El método artesanal de preparar los alambres de oro (llamados zari) para el bordado era complicado y requería de gran habilidad, se cubría con oro tres veces una barra de plata afilada en los extremos. Luego se calentaba en un horno hasta que se formaba una aleación. Más tarde, la barra dorada se forzaba a través de una serie de agujeros cada vez más pequeños hechos en láminas de acero hasta que las dimensiones requeridas fueran obtenidas, así se obtenía el futuro hilo brillante. Seguidamente, éste alambre se aplanaba y retorcía alrededor de de un hilo de rosca de seda color amarillo oscuro para obtener el zari.
Durante el reinado de Aurangzeb
(2), los artesanos perdieron el patrocinio real, el arte pasó a ser muy
costoso y los metales no tan abundantes, a éste escenario debemos sumar la
industrialización, coyuntura que propició su caída.
El zardozi ha resurgido a
mediados del siglo XX, principalmente en las regiones de Madrás, Hyderabad, Lucknow (luego de la independencia de ambas), Farrukhabad, Chennai y Uttar Pradesh y se ha
mantenido como método de bordado de apliques. Con una mano el artesano sostiene
el hilo debajo de la tela y en la otra sostiene un gancho o aguja con el que recoge los materiales del aplique.
Luego pasa la aguja o gancho a través de la tela y continúa éste proceso hasta
completar el diseño. Ya no se utiliza para las cortes, sino que lo vemos
ornamentando los trajes de novia, sarees y ha ganado prestigio en ropa de
hombres (en ciertos pantalones y ornamentando capas). Como ya no se dispone de
oro en grandes cantidades, la adaptación moderna utiliza hilo de cobre con
brillo de oro, con pérdida de nobleza, aunque no así de magnificencia.
María de la Cruz Rojo
Croix Asesoramiento de Imagen
Notas
(1)
El Rig Veda es considerado el más antiguo de los
cuatro Vedas, cuyos primeros escritos se enmarcan en la Edad de bronce 1700 /
1100 AC
(2)
Emperador entre 1658 y 1707, considerado el
último de los “grandes mogoles”.
Fuentes