Comenzamos
la semana con elegancia, líneas depuradas y sofisticación, todos rasgos típicos
de Carolina Herrera, que encarna el estilo clásico con acentos actuales casi
como nadie. A pesar de no saber coser ni un botón, maneja con total maestría
los temas de proporciones, de importancia cabal en prendas y armado de
conjuntos. Por ello, echando un vistazo a su RTW Fall 2014, podemos apreciar
que se animó a figuras más redondeadas que de costumbre y mucha estampa con
figuras geométricas (triángulos, rombos, paralelogramos impresos, pintados a
mano o bordados). La geometría en sí se volvió tópico clave en el análisis de
la colección:
Desplegando
una paleta sobria y atemporal en negro, algo de blanco, grises, mucho camel,
mostaza y diversas gamas de marrones y beiges, burdeos, algo de rojo para un impacto visual vibrante y muchos azules
suaves, el conjunto compuso un todo armónico en el cual nos encantó el outfit
que abrió la pasarela y que resume el daywear propuesto por la diseñadora: chaqueta
redondeada con falda lápiz y fez. Los vestidos de día mostraron volúmenes semejantes
a los de las chaquetas, a los que debemos sumar otras redondeces en hombros y
faldas. Los tejidos pesados, acordes con la estación, contaron con la lana en
lugar protagónico, excepto para los vestidos largos de noche en los que Herrera
recurre a la seda y su cadencia.
Nos
agrada que la casa se haya animado a dar un paso más en la difícil tarea de
estirar un tanto los límites del estilo clásico, que, de otro modo pasaría a
pieza de museo. “Una mirada al futuro”, como lo definió Herrera. Es interesante
la visión que nos propusieron acerca de cómo será el clásico del futuro, y
vale.
María de
la Cruz Rojo
Croix
Asesoramiento de Imagen
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