La elaboración de éste artículo
tiene dos entradas -relacionadas entre sí- como razón de ser: la primera de
ella es el revival – casi permanente- que vive dentro del mundo de la moda la
icónica obra de Piet Mondrian: Composición en Rojo, Amarillo y Azul,
punto que a su vez funciona como corolario de nuestro artículo “La Historia del Vestido Mondrian” (1)
y que las pasarelas de cierre del 2014 (Balmain, Alexander Wang, Junya Watanabe,
Castelbajac, Céline, Carven, Ralph Lauren, etc) respaldaron mostrando, una vez
más, su influencia indiscutible.
A partir de 1921 (año de creación
de dicho cuadro) Mondrian acotó su paleta al estricto uso de colores primarios
acompañados por acentos en blanco y negro, sumando su abstraccionismo, la
geometría más los colores puros generaban un ineludible impacto de color. ¿Por qué? Aquí debemos adentrarnos
necesariamente en los campos de la colorimetría y psicología del color. Los
colores impresionan (porque se ven y perciben), expresan (provocando reacciones
y emociones –o evocándolas-) y construyen imagen (por comunicar y ser
simbólicos). Esto constituye una gran clave dentro – y en otros ámbitos y disciplinas
más allá - de la moda. Transmiten matices psicológicos (seriedad, confianza,
agresividad, etc.) y si bien la sensación y vivencia de ésta transmisión es
individual, encontramos su raigambre en la herencia o tradición cultural. A su
vez, debemos mencionar que éstas
características entran en juego contextualmente: el color y su
impacto están en relación con el entorno y sus colores, el acorde cromático
determina el efecto en que percibimos el color principal. Volvamos a la paleta
de primarios de Mondrian, a la psicología del color y a su análisis. De acuerdo con ello encontramos que rojo y amarillo son considerados
cálidos en el espectro y se consideran excitantes, en tanto que el azul,
considerado un frío, es relajante.
El rojo
representa las pasiones- todas ellas-. Es el color de la alegría, de lo
atractivo, del deseo, de la felicidad y la extroversión, se asocia con
características masculinas (fuerza, valor, actividad y agresividad), es el
color del crepúsculo, del erotismo; expresa pasión, energía, dinamismo, talento
y coraje. El rojo da la bienvenida. Llama la atención (con buenas condiciones
de iluminación), otorga poder y pide reconocimiento. Provoca calor o calidez,
es activo y si aparece como color dominante, genera agresividad. Era el color
favorito del magnífico Goethe que lo definía como: “el sublime tono que embriaga con una satisfacción inexpresable, ya que
se eleva por sobre el amarillo y el azul, más allá de lo positivo y negativo,
encontrándose en el punto máximo de esplendor cromático”. Es tal vez debido a ello que tiene protagonismo
en el lienzo de Mondrian y en el de Saint Laurent. Es el color que perciben
primero nuestros ojos, capta – como decíamos- la atención de manera inmediata,
pero la luz tiene que ser buena, porque en la oscuridad nuestro registro lo
percibe ennegrecido o negro. El amarillo es el color del sol y por
eso está asociado a sensaciones relacionadas con la energía. Transmite alegría
y se relaciona con la diversión, el placer, la amabilidad, lo espontáneo,
impulsivo y triangular. Es el color de los celos (por ello algunos lo
consideran antipático). Cálido, luminoso e intenso transmite positividad y
optimismo. Simboliza abundancia y riqueza. Representa el nuevo espíritu o la
energía joven y por ello es un color que les encanta a los niños. También es
muy empleado en actividades de movimiento (como gimnasia) y, al igual que el
rojo, funciona muy bien cuando la necesidad de ser visualizado es una medida de
seguridad (como en el caso de corredores o ciclistas), provoca sensación de
calor o calidez, es excitante de las vías nerviosas y las ondas cerebrales y
aumenta la energía del individuo. La combinación de ambos transmite sin dudas
energía y vitalidad.
El azul,
por su parte, viene a balancear tanta intensidad. Ofrece una amplia gama de
tonalidades con significados variados. En líneas generales es un color
conservador que representa confianza, compromiso y respeto. Por ello se suele
asociar a lo masculino en el vestir. Proyecta credibilidad porque alude a los
elementos naturales que no han sido alterados por la mano del hombre (como el
mar o el cielo). También es el color del agua, del descanso, de lo femenino. Es
apacible, pasivo y se relaciona con la introspección. Se relaciona con la
simpatía, la armonía, la confianza, la lejanía, la vastedad, lo grande, la
inteligencia y las cualidades intelectuales, de la ciencia y la concentración,
de lo práctico y lo técnico. Es un color ambiguo, dada la simbología que
sustenta, que también representa a la nobleza, el misterio y es el más raro en
el reino natural. En presencia del rojo actúa como contrario, produciendo un
efecto llamativo de contradicción (caliente – frío, corporal-espiritual,
masculino-femenino, activo-pasivo), de ahí su efecto compensador.
En definitiva, los colores puros
funcionan actuando sobre muchos aspectos de nuestra vida cotidiana (2). Mondrian sin dudas no era ajeno a su efecto y
en lo que respecta a su obra lo empleó con éxito: su “Composición en Rojo, Amarillo y Azul” tiene la combinación de forma
y color precisa para ganar atemporalidad, romper las barreras de lo artístico y
trasladarse a otros terrenos. En moda tiene un lugar ganado entre los
diseñadores, que encuentran en su geometría simple y su paleta de primarios el
paso hacia ésa esencia buscada por Mondrian, que les permite seguir recreándola
y que a nosotros como usuarios nos permite gozar de los efectos beneficiosos de llevar prendas
con colores puros.
María de la Cruz Rojo
Croix Imagen
Notas
(2)
Esto no significa que secundarios y terciarios
no lo hagan, pero el artículo se centra en la influencia del cuadro de Mondrian
y la utilización de primarios.
Fuentes
bibliográficas
Aubele, Carolina: “Secretos del
Vestidor”, Buenos Aires, Aguilar, 2012 (reimpresión de la 1° edición)
Heller, Eva, “Psicología del
Color”, Barcelona, Gustavo Gilli, 2014
Rodriguez Escanliano, Hernandez
Herrarte, “Lenguaje no Verbal”, La Coruña, Netbiblo 2010
Theroux, Alexander “Los Colores
Primarios, Tres Ensayos”, Buenos Aires,
La Bestia Equilátera, 2013