Entre los textiles de origen natural,
los de origen animal se nos presentan como una buena alternativa de producción
en la industria por las posibilidades que brindan y entre ellos encontramos uno
con tantas cualidades que no puede ser pasado por alto, aunque sea en un
análisis somero: nos referimos al Mohair, o al pelo de la cabras de angora, originarias
de la región de Ankara (Turquía). El nombre nombre de su pelambre proviene de
una transliteración deturpante de la palabra turca mukhya (“el mejor vellón”) y del árabe mukhayyar (“un paño de
pelo de cabra”).
Consideraciones
lingüísticas aparte, lo cierto es que es conocido como “Fibra de Diamante” debido a sus características: si bien es muy
similar en composición con la lana, el mohair ofrece más cualidades, es más
delgado, liso y firme que aquella, tiene mucho brillo, es sedoso pero no se
arruga, es durable, resistente (incluso al fuego), muy elástico y se tiñe con
facilidad. Es una fibra termo reguladora, por lo cual abriga en invierno y por
ser liviana y absorber humedad puede utilizarse en verano; es un textil que
repele el polvo, por tener una superficie lustrosa y estar constituído principalmente
por keratina. Se emplea mucho en mezcla con otros textiles, aportando sus
propiedades al producto final. Dichas propiedades pueden diferir de acuerdo a
subcategorías que dependerán de la edad del animal, entre ellas
encontramos el Kid Mohair, fibra obtenida de la primer esquila de animales jóvenes
(hasta 10 meses de edad), son fibras finas y bellas, lisas y brillantes, muy
aprovechadas para la manufactura de hilados y prendas de vestir delicadas. Un
dato para los fashionistas, la firma Ermenegildo Zegna es compradora de más del
50% de la producción de Kid Mohair sudafricana (principal productor mundial).
Otras divisiones comprenden el joven, adulto fino, adulto fuerte, acondicionado
o pelo cruza, y, yendo de mayor a menor delicadeza, brillo y liviandad, se
emplean en la producción de textiles hogareños (de telar o agujas) como
industriales; en la confección de bufandas, foulares, sombreros de invierno,
sweaters, abrigos, medias, trajes, chaquetas, jerséis, tapicería, cortinas,
alfombras orientales, pelucas, postizos e incluso ropa y accesorios para esquí.
Con una esquila realizada dos veces al
año (a principios de otoño y primavera), realizada en buenas condiciones de
higiene y sin sufrimiento de los animales, el mohair hoy por hoy se encuentra
considerado internacionalmente como una fibra de lujo, a la altura de la
cashemira, la angora y la seda. Se ha ganado por derecho propio el apelativo de
“Fibra de Diamante”, y podemos parangonarlo con lo
que en otra época se conoció como “El
vellocino de Oro”.
María de la Cruz Rojo
Croix Asesoramiento de Imagen
Fuentes
No hay comentarios :
Publicar un comentario