Que Sara Burton es una diseñadora
magnífica no cabe la menor duda, que su equipo no le va a la saga, tampoco. Lo
demuestran colección tras colección. En el caso de su Fall 2014 – RTW, lo han
hecho a través del tópico “belleza
salvaje”, no en un sentido primitivo del término, sino a través de
representar un estado de naturaleza más puro. Su ambientación y las prendas
parecían transitar un cuento de hadas y brujas, en dónde las prendas más
inocentes convivían con otras de un aspecto un tanto estremecedor.
Así, las prendas más etéreas se
componían de organzas delicada y magistralmente bordadas y de bordado inglés,
las más dramáticas (capas y abrigos) fueron realizados con plumas cortadas a
mano. En ambos casos se trata de una labor tan artesanal que se encuentra a
medio camino entre el prêt à porter y la
alta costura. La paleta es fría: negro, blanco, azules y plateados (apenas
aparecen unas notas en rojo y violeta):
Vestidos y abrigos se llevan las
palmas, sobre todo por el contraste entre los más aniñados, para los que Burton
tal vez tomó, sin notarlo demasiado, algo de inspiración de su recién estrenada
maternidad, y aquellos más oscuros, con unas diferencias abismales en texturas.
Una colección virginal y dramática en un contraste impecable.
María de la Cruz Rojo
Croix Asesoramiento de Imagen
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