Aunque suene trivial, el
guardarropas y / o vestidor es tema (y objeto) focal del asesoramiento de
imagen. En él coexisten los objetos (vestimenta, calzado y accesorios) con los
que exteriorizamos nuestra identidad y llevamos adelante nuestros quehaceres
diarios. Su operatividad, grado de funcionalidad y dinámica son, por lo tanto, vitales.
El año pasado atendimos su temática a través de distintos artículos, como Vestidores
Argentinos, Preguntas
Claves para la Limpieza del Placard y Claves
y Consejos para mantener el guardarropas ordenado y organizado. Habida
cuenta del material ya existente en la materia, éste año decidimos enfocarla
desde una óptica diferente. Para ello, nos apoyamos en un artículo de Andrea Bertoli para su blog Green
Linving Ideas. En él encontramos un aporte que suma un aspecto más a lo
ya escrito: en qué medida ordenar el
desorden en nuestro entorno nos trae, a su vez, orden mental o en qué medida
el orden externo nos ayuda a ordenar nuestras ideas.
La práctica de ésta premisa suele
formar parte de nuestra experiencia pero tal vez de una manera no lo
suficientemente consciente. En el caso puntual de un armario reducido opera de
la misma forma: menos ropa en la que pensar significa menos desorden físico,
pero también libera espacio en nuestras mentes para la toma de decisiones
importantes. Es aquí donde la autora incluye el concepto de decision
fatigue. Si bien nuestro cerebro tiene una buena capacidad para la toma
de éstas últimas, con frecuencia las reservas del área “toma de decisiones” son
minadas por aquellas mínimas que encaramos antes de salir de casa cada día: ¿té
o café?, ¿llevar el almuerzo o comprarlo?, ¿bicicleta o transporte público?, ¿qué
me pongo?, ¿bufanda o sweater? No son decisiones importantes en gran escala,
pero utilizan de igual manera nuestros recursos mentales y pueden llevar a inutilizarlos en la toma de decisiones más grandes o más creativas en el resto
del día. Para ello, se recomienda reducir el número de decisiones a tomar cada
mañana, y aunque parezca otra trivialidad, para ello, reducir el guardarropas
es un paso (1), que contribuye al ahorro de tiempo y recursos mentales. Atención
incrédulos: otros artículos sobre armarios reducidos (2) nos muestran a través
de ejemplos exitosos (Mark Zuckerberg, Steve Jobs, o incluso nuestra admirada Vera
Wang) como optar por el mismo tipo de conjunto básico diario simplifica
y evita la toma de decisiones irrelevantes y nos mantiene enfocados en lo
importante.
Hablemos de beneficios colaterales: reducir las
compras para nuestro armario es, a la vez, más sustentable e implica una declaración –
activa- de principios y de elecciones conscientes como consumidores responsables:
menos consumo redunda en menos utilización de recursos naturales al tiempo que reducir el
número de productos aumenta nuestro presupuesto para poder invertir en prendas
de mayor calidad. Un armario minimalista no tiene, por lo general, lugar para
el cuero o las pieles, por lo que conduce a reducir la demanda, y con ella la
explotación animal. Cuando pensamos en ir de compras, debemos necesariamente
considerar el origen de las materias primas y del producto y su impacto en la
gente (de diferentes comunidades) y en el planeta. En el caso de la vestimenta,
recomendamos pensar en textiles nobles de origen vegetal: bambú, algodón
orgánico, u otros productos sostenibles como nuevos
textiles.
La idea de armario reducido nos
lleva a reconciliarnos con nuestras prendas básicas (conformadas de acuerdo a nuestro
estilo de vida, claro): el icónico little black dress probablemente de su “presente”,
lo mismo que remeras de excelente calidad en blanco y negro, y otras tantas de
color que funcionen para el día y la noche (y de acuerdo a nuestra paleta), un
jeans y un pantalón negro más formal también juegan un papel funcional, al
igual que dos pares de zapatos de verano y otros tantos para el invierno. Sweaters
y sacos también nos resuelven durante los días fríos. Y todo lo demás que no
sea de uso cotidiano puede relegarse a la parte trasera de nuestro armario o
closet.
Estos son apenas algunos ítems que
mencionamos sin considerar estilos particulares, los cuales DEBEN tenerse en
cuenta para poder construir nuestro armario reducido. Para ello, recomendamos el site PROJECT 333 el cual nos invita a vestirnos con 33 (treinta y
tres) ítems o menos durante tres meses. Para algunos, todo un desafío, para
otros, abre posibilidades.
Lo cierto es que el futuro está
al llegar y, en términos de moda y vestimenta, refiere a un nuevo paradigma con
foco en muchos de los conceptos que acabamos de tratar. Nos proponemos
arengarlos a cobrar un protagonismo activo en la transición que ése cambio
implica, tomando un nuevo estado de consciencia que considere a la naturaleza y
al hombre, ya sea en éste o en cualquier otro desarrollo.
María de la Cruz Rojo
Croix Imagen
Notas
(1)
Para ello, recomendamos la lectura y práctica del
ya citado:
(2)
Escrito por Katherine Martinko: http://www.treehugger.com/sustainable-fashion/use-minimalist-wardrobe-simplify-your-life.html
También sugerimos la lectura del artículo
de John Haltiwanger: http://elitedaily.com/money/science-simplicity-successful-people-wear-thing-every-day/849141/
Fuentes
No hay comentarios :
Publicar un comentario