Si bien los tópicos del Slow Fashion (consumo consciente y
responsable, elección de prendas sustentables eco, bio, orgánicas; amigables
con el medio ambiente y con las comunidades que intervienen en el proceso de la
fibra al textil y de éste a la prenda, etc.), son temas recurrentes en Croix
por una veraz necesidad de
urgencia (1), hoy nos detenemos en un grupo particular: los niños. ¿Qué ocurre en el caso de su ropa cuándo hablamos de
textiles con los que se confeccionan sus prendas?
Sencillamente, pueden salir tan
perjudicados como nosotros. El título nos adelanta un punto fundamental de la
cuestión: la necesidad de que las telas y las tinturas con las que se confeccionan sus
prendas sean orgánicas y naturales. Todos estamos conscientes del empleo de
químicos tóxicos contenidos en las tinturas y en las telas. Estos permanecen de
manera residual en el textil, procedentes de la producción, impresión y / o teñido. El punto, en el caso de los
niños, es que su sistema inmunológico – en crecimiento y desarrollo- es
especialmente susceptible a la disrupción química. También tenemos que
considerar que su piel puede verse afectada: el contacto con estos textiles
puede producir irritaciones, eccemas o alergias.
Como si esto fuera poco, el tema excede
a los niños como usuarios. La producción de algodón NO orgánico no solo
contamina y envenena el medio ambiente, su impacto en las comunidades
involucradas es trágico. En contraposición, aquellos con acceso a trabajar en
cultivos con un enfoque sostenible se encuentran más protegidos de sufrir daños
personales (aquí debemos mencionar – además de accidentes y salarios bajos- las
enfermedades que pueden contraer por manipular pesticidas), además, pueden
trabajar sus propios cultivos de manera rotativa con el de algodón porque la
agricultura ecológica procesa, nutre y sustenta la calidad del suelo.
Nuestro artículo, por lo tanto,
está en torno a ésta articulación, visa tanto el cuidado del crecimiento y
desarrollo de nuestros niños, como el de las poblaciones involucradas en los
procesos de producción de su vestimenta y el del medio ambiente.
Para cubrir todos estos aspectos,
la solución es clara: elegir textiles orgánicos pintados o estampados con
tinturas naturales. Ahora, encontrar productos que cumplan con estas
condiciones, es un tanto más exigido. Comencemos por los más pequeños. Para
ellos contamos con Chunchino Eco Bebé, marca de ropa orgánica, ecológica y sustentable para bebés, con modelos que a nosotros nos
encantan. En la misma línea también tenemos a Koi Eco Baby y Cottonpom Ecológico. Para niños de 2 a 13 años, pareciera haber
un nicho vacío en términos de marcas de ropa. Luego de una búsqueda extensa, nos
encontramos con la propuesta realmente interesante de El Sindicato, una
marca para niños de entre 3 y 12 años. Su apuesta por una sociedad más
igualitaria, los llevó a desarrollar, bajo estos parámetros, una línea de ropa unisex,
que utiliza una materia prima noble (100 % algodón biodegradable, aunque no
orgánico) y emplea tintes naturales. Evita marcas y estampas indiscriminadas,
por ello su lema es “vestimos niños sin
etiquetas”. Las prendas se confeccionan en talleres de inclusión social. Son
versátiles y permiten libertad de movimiento, sin discriminación. Una propuesta
reivindicadora desde lo ideológico hasta la productivo. Nos ha gustado mucho,
por ello la recomendamos.
Más allá de nuestra fronteras (un
poco nos duele expresarlo), sí encontramos marcas orgánicas exclusivas de ropa
para niños. Latinoamérica cuenta con varios (Pure Cotton –
Chile, Friendly
Organic Clothing - Colombia) y del otro lado del Atlántico, una de las
tiendas online de ropa (y accesorios) de línea ecológica para bebés y niños es Koolbee.
Ofrecen, realmente, muchas opciones, los diseños son divertidos, diversos y
desarrollados a partir de textiles como el bambú o algodón y lana orgánicos.
Hasta aquí nuestras referencias
para línea de ropa. Más allá de ellas hemos
encontrado que hay una prenda orgánica y natural protagonista para todas las
edades en el mercado local: la remera. Una de las marcas que las desarrolla es Onda Orgánica (2), empresa que
busca transmitir valores ecológicos y sociales a través de prendas de algodón
orgánico certificado, confeccionadas en
talleres sociales, asegurando con ello el trabajo dentro de los parámetros del
comercio justo y con sueldo digno. También tienen telas, pantalones y bolsos
ecológicos. Un emprendimiento realmente muy lindo en materia de remeras
ecológicas para niños es Yo vivo en Argentina;
con una fuerte vocación por el amor hacia los animales y comprometidos con el
medio ambiente, desarrollan remeras de algodón orgánico con estampas de
animales nativos argentinos. Producidas bajo normas de comercio justo,
inclusión social y sustentabilidad, sus remeras (para niños y niñas) estampadas con tintas no tóxicas, buscan crear
conciencia sobre el respeto por el medioambiente y la fauna autóctona de
nuestro país. Un punto – y grande – para
elegirlas a la hora de comprar. Si hablamos puntualmente de textiles para
realizar nosotros mismos prendas para los más chiquitos, recomendamos dar un
paseo por el Distrito de Arte (Boulevard
deTigre), allí encontrarán Fibras Naturales, en dónde pueden
adquirir telas y / o hilados, como así también prendas (para todas las edades) y
hasta tomar talleres, siempre hablando de tejidos naturales de excelente
calidad. Otra opción para conseguir telas ecológicas es Verde Textil (también cuentan con línea
de camisetas de hombre y mujer y bolsas ecológicas). Y como estamos hablando de
hacerlo nosotros mismos, para los
involucrados en el proceso de teñido, recomendamos la lectura de Tintes Naturales de Plantas Nativas colores
de la Patagonia. Para cerrar ésta enumeración (muy somera para nuestro
gusto) queremos dar continuidad a la cuestión del impacto social, comercio
justo y ropa libre de trabajo esclavo, una problemática acuciante en nuestro
país. Recomendamos por ello seguir a Ropa Limpia, una red
que aúna y difunde ejemplos positivos en la industria textil argentina.
Realmente esperamos volver sobre
éste texto y comprobar que en ése lapso de tiempo, las situaciones enumeradas han
tomado un giro: que contamos con marcas de ropa ecológica para nuestros niños,
que vemos reducido el trabajo esclavo y que estamos sanando el maltrato hacia
nuestro medio ambiente. No es utópico, es posible.
María de la Cruz Rojo
Croix Imagen
Notas
(1)
Al respecto, los invitamos a leer nuestro
artículo sobre el documental The True Cost
(2)
Practicantes de Yoga, sus remeras son ideales
para las prácticas.
Fuentes