miércoles, 6 de mayo de 2015

Nociones de Colorimetría – El blanco / los blancos

Los análisis personales de color –como otros temas dentro del asesoramiento de imagen - suelen venir acompañados de emociones encontradas por parte de los clientes, una de ellas es el desaliento que expresan al ver que alguno de sus colores favoritos no se encuentran, por no resultar favorecedores, en su paleta (1). Por ello pensamos en la necesidad de realizar una serie de aclaraciones, yendo de lo general a lo particular, de los colores a un color, y contemporanizar al respecto. Porque lo cierto es que difícilmente un color (con todas las posibilidades, gamas y matices) esté excluído por completo de una paleta. Justamente, al hablar de la teoría estacional del color, de temperatura de la piel, los aspectos realmente claves a considerar son tinte, matiz y valor. El tono propiamente dicho, puede tener más o menos brillo, mayor o menor calidez, y estos son aspectos fundamentales que definen la inclusión o no dentro de una paleta determinada.

Foto Cortesía http://brunchatsaks.blogspot.com.ar
Photo Courtesy http://brunchatsaks.blogspot.com.ar
Tomemos como ejemplo el blanco, para que la ejemplificación sea evidente: el blanco puro (un color / valor ciertamente bello) no favorece a las pieles cálidas, por el contrario, las apaga (2). Sin embargo, no significa que éstas pieles no puedan abordar el uso de alguno de sus matices más naturales. El blanco roto, un blanco puro cortado con unas gotas de marrón o rojo, tiene una tonalidad más cálida que es propicia para éstas pieles. El marfil, un tono de blanco con trasfondo de oro o amarillo es igualmente aconsejable para pieles cálidas, como así también lo son el blanco crema, un blanco natural al que se agregan algunas notas de amarillo, u ocre, o café; el blanco manteca, un blanco puro más ocre; los beiges, conocidos como “los blancos oscurecidos”, con una gama variada que va desde un blanco con tonalidades amarillas a un blanco con tonalidades marrones (el llamado “blanco antiguo” y “el blanco hueso” – el elaborado con marrón- quedan incluídos en ésta categoría), o el champagne, un blanco con tonalidades rosas. Como vemos, en todos los casos en que las pieles cálidas aceptan blancos, es porque en la formación del matiz está presente algún color cálido o terroso.

Por el contrario, con el blanco y sus posibilidades, las pieles frías llevan las de ganar. Aceptan el blanco puro, el que se corresponde con la claridad máxima; el blanco nuclear, un blanco  luminoso, elaborado con blanco y un punto de azul que lo deja límpido;  el blanco natural o blanco roto, un tono más apagado que el nuclear, elaborado con algunas gotas de marrón o negro, por lo que es menos brillante; el blanco hueso elaborado con puntos de gris (lo que lo transformaría en un familiar “frío” del elaborado con marrón); el blanco tiza, considerado un blanco arcilloso, elaborado con blanco y unos puntos de negro; el blanco hielo, un blanco con tonalidades azules, o los blancos perlados, cuyas tonalidades se aproximan al gris.


Foto cortesía http://ingridsundberg.com - Photo courtesy http://ingridsundberg.com


De las dos listas precedentes podemos concluir que el blanco - y sus matices- puede ser utilizado por pieles de ambas temperaturas, por lo cual siempre vamos a encontrarlo, en alguna de sus variantes, en cada una de las paletas correspondientes a la teoría estacional del color. En éste caso, como podemos apreciar, no hay exclusión. En todas las paletas, con ajuste a matices, podemos disfrutar de la belleza del blanco.

María de la Cruz Rojo
Croix Imagen

Notas

(1)    Como también muestran disgusto al encontrar que algún color que les desagrada en realidad les favorece.
(2)    Considerando la teoría estacional del color pero NO sus subestaciones.

Fuentes








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