La noticia llegó a finales de octubre
y, tras ella, supimos cabalmente cuál sería el eje central de los contenidos de
ésta editorial.
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Un título posible sería “salidas desconcertantes”, y he aquí
nuestra recapitulación:
A mediados de diciembre del 2014, los
rumores se confirmaron: Kering anunciaba en un comunicado la salida de Frida
Giannini (1) a partir de finales de febrero del 2015. Los motivos, de
acuerdo a lo expresado por el grupo, estaban enfocados a una renovación. Pero a
mediados de enero del 2015, y a modo de cachetazo de guante blanco, Frida adelantaba
su retiro, el cual fue informado nuevamente por Kering en un comunicado breve.
Por ello, le cupo al equipo interno de diseño el desarrollo de las colecciones
de Gucci de hombre y mujer de la temporada otoño / invierno 2015 / 2016, en
tanto se confirmaba (2) el nombre de Alessandro
Michele como nuevo director creativo.
Luego de éste primer estupor, la
primer parte del año transcurrió sin mayores noticias del estilo, aunque no fue
así en ésta segunda mitad.
A principios de Julio, Donna Karan anunciaba su retiro de la
marca que lleva su nombre y que fundó en 1984 junto a su marido, Stephen Weiss.
Sus motivos fueron de carácter filantrópico: centrarse en su línea alternativa,
Urban Zen, la cual creó en 2007. De acuerdo con ello manifestó: “He llegado a un punto en mi vida en el que
necesito pasar más tiempo trabajando en mi compromiso con Urban Zen y todo su
potencial y seguir mi visión de filantropía y comercio desde la perspectiva de
la salud, la educación y la preservación de culturas.” Karan también
expresó que la decisión fue tomada junto al grupo LVMH, que compró la marca en
2001 y que seguiría trabajando en Donna
Karan Internacional como asesora.
Luego de éste movimiento políticamente
correcto, nuevos rumores circularon durante todo julio, hasta que, llegado el
final del mes, es, nuevamente, el grupo Kering quien confirmaba que no renovaría el contrato
de Alexander Wang para la casa
Balenciaga. ¿Los motivos? Idénticos a la salida de Frida: una búsqueda de
renovación. La noticia se anunció como un acuerdo mutuo entre las partes. La
última colección de Wang para la firma fue
la de prêt-à-porter femenino primavera/verano 2016, presentada
el 2 de Octubre en París, tras lo cual se anunciaba a su sucesor, el diseñador
alemán Demna Gvasalia.
Tuvimos tiempo para un respiro, hasta
que a finales de Octubre llegaron noticias más rimbombantes: Raf Simons, luego de lograr lo
impensado, modernizar e intelectualizar
el clasicismo de Dior, con colores fuertes, con las modelos con las manos
dentro de los bolsillos, con el efecto tie-dye de los tejidos estampados y el
aire geométricos de los tweeds, anunciaba su retiro de la maison, mientras aún
sonaban los aplausos para su colección primavera – verano 2016. En sus
declaraciones ha aludido “motivos personales”. A nosotros nos resulta una
síntesis perfecta la realizada por una editorial de Vogue: “Y cuando ya no ha tenido más ganas de bailar, ha dejado la fiesta. Y
no le ha importado que estuviera sonando la mejor canción.”
Y si la partida de Simons nos resultó
inesperada, Octubre todavía tenía oculta aquella que no hubiésemos podido
elucubrar: Albert
Elbaz anunció su partida de Lanvin luego de 14 años al frente de la maison.
Lamentablemente, se trataría de diferencias entre el diseñador y la actual
dirección. En un comunicado, el propio Elbaz declaró que deja la casa “por decisión de su accionista mayoritario.”
Mientras aún digerimos el sinsabor de
ésta partida, no nos sentimos del todo
convencidos con ésta permanente “búsqueda”
-casi agresiva- de “renovación” por parte de los grandes grupos corporativos
que comandan el mundo de la moda, búsqueda que se nos antoja semejante a los
libros de pase del fútbol. Y en medio de tanto marasmo, Pantone trata de poner
paños fríos a éste tumultuoso 2015 de movimientos inesperados (algunos que
sentimos injustos para con labores denodadas) y nos anuncia los colores del
2016: Rose
Quartz & Serenety, los cuales apuntan a trabajar la calma, el balance, el bienestar y la tranquilidad.
Realmente esperamos que así sea. En un
análisis somero de éste cuadro de situación, pareciera que se utiliza la
palabra “renovación” lejos ya de la práctica del delicado y apasionado arte de
la reinvención. No creemos que el nivel de Gucci con Giannini, ni el de Wang en
Balenciaga, ni remotísimamente el de Elbaz en Lanvin, carecieran de ésta
posibilidad. Mucho tememos que, como expresara Abraham de Amézaga: “la industria del lujo está imitando al
fast-fashion.” En éste sentido, la función del director creativo estaría
desvalorizándose en una dirección que no nos agrada. Por ello, preferimos
trabajar los tópicos de los colores propuestos por Pantone a modo de mantra, en
tanto continuamos trabajando por una industria coherente con ellos y moral en
un sentido amplio. Es lisa y llanamente necesario.
María de la Cruz Rojo
Croix Imagen
Dirección General
Notas
(1) Y junto con
ella, el de Patrizio di Marco, CEO de Gucci y pareja de Giannini. La salida de
él fue marcada para el 1° de enero y fue sustituido por Marco Bizarri.
(2) El
nombramiento salió apenas unos días después de que Frida Giannini adelantara su
retiro. El nombre de Michele sonaba fuerte desde un primer momento, ya que se
encontraba en Gucci desde el 2002 y trabajaba con Frida desde el 2011, en un
derrotero muy parecido al de la romana, sobre todo si tomamos en consideración
que también venía de Fendi.
Fuentes