miércoles, 24 de febrero de 2016

Cómo y Por Qué un armario reducido alegra y simplifica nuestras vidas

Aunque suene trivial, el guardarropas y / o vestidor es tema (y objeto) focal del asesoramiento de imagen. En él coexisten los objetos (vestimenta, calzado y accesorios) con los que exteriorizamos nuestra identidad y llevamos adelante nuestros quehaceres diarios. Su operatividad, grado de funcionalidad y dinámica son, por lo tanto, vitales. El año pasado atendimos su temática a través de distintos artículos, como Vestidores Argentinos, Preguntas Claves para la Limpieza del Placard y Claves y Consejos para mantener el guardarropas ordenado y organizado. Habida cuenta del material ya existente en la materia, éste año decidimos enfocarla desde una óptica diferente. Para ello, nos apoyamos en un artículo de Andrea Bertoli para su blog Green Linving Ideas. En él encontramos un aporte que suma un aspecto más a lo ya escrito: en qué medida ordenar el desorden en nuestro entorno nos trae, a su vez, orden mental o en qué medida el orden externo nos ayuda a ordenar nuestras ideas.



La práctica de ésta premisa suele formar parte de nuestra experiencia pero tal vez de una manera no lo suficientemente consciente. En el caso puntual de un armario reducido opera de la misma forma: menos ropa en la que pensar significa menos desorden físico, pero también libera espacio en nuestras mentes para la toma de decisiones importantes. Es aquí donde la autora incluye el concepto de decision fatigue. Si bien nuestro cerebro tiene una buena capacidad para la toma de éstas últimas, con frecuencia las reservas del área “toma de decisiones” son minadas por aquellas mínimas que encaramos antes de salir de casa cada día: ¿té o café?, ¿llevar el almuerzo o comprarlo?, ¿bicicleta o transporte público?, ¿qué me pongo?, ¿bufanda o sweater? No son decisiones importantes en gran escala, pero utilizan de igual manera nuestros recursos mentales y pueden llevar a inutilizarlos en la toma de decisiones más grandes o más creativas en el resto del día. Para ello, se recomienda reducir el número de decisiones a tomar cada mañana, y aunque parezca otra trivialidad, para ello, reducir el guardarropas es un paso (1), que contribuye al ahorro de tiempo y recursos mentales. Atención incrédulos: otros artículos sobre armarios reducidos (2) nos muestran a través de ejemplos exitosos (Mark Zuckerberg, Steve Jobs, o incluso nuestra admirada Vera Wang) como optar por el mismo tipo de conjunto básico diario simplifica y evita la toma de decisiones irrelevantes y nos mantiene enfocados en lo importante.



Hablemos de beneficios colaterales: reducir las compras para nuestro armario es, a la vez, más sustentable e implica una declaración – activa- de principios y de elecciones conscientes como consumidores responsables: menos consumo redunda en menos utilización de recursos naturales al tiempo que reducir el número de productos aumenta nuestro presupuesto para poder invertir en prendas de mayor calidad. Un armario minimalista no tiene, por lo general, lugar para el cuero o las pieles, por lo que conduce a reducir la demanda, y con ella la explotación animal. Cuando pensamos en ir de compras, debemos necesariamente considerar el origen de las materias primas y del producto y su impacto en la gente (de diferentes comunidades) y en el planeta. En el caso de la vestimenta, recomendamos pensar en textiles nobles de origen vegetal: bambú, algodón orgánico, u otros productos sostenibles como  nuevos textiles.

La idea de armario reducido nos lleva a reconciliarnos con nuestras prendas básicas (conformadas de acuerdo a nuestro estilo de vida, claro): el icónico little black dress probablemente de su “presente”, lo mismo que remeras de excelente calidad en blanco y negro, y otras tantas de color que funcionen para el día y la noche (y de acuerdo a nuestra paleta), un jeans y un pantalón negro más formal también juegan un papel funcional, al igual que dos pares de zapatos de verano y otros tantos para el invierno. Sweaters y sacos también nos resuelven durante los días fríos. Y todo lo demás que no sea de uso cotidiano puede relegarse a la parte trasera de nuestro armario o closet.

Estos son apenas algunos ítems que mencionamos sin considerar estilos particulares, los cuales DEBEN tenerse en cuenta para poder construir nuestro armario reducido. Para ello, recomendamos el site PROJECT 333 el cual nos invita a vestirnos con 33 (treinta y tres) ítems o menos durante tres meses. Para algunos, todo un desafío, para otros, abre posibilidades.

Lo cierto es que el futuro está al llegar y, en términos de moda y vestimenta, refiere a un nuevo paradigma con foco en muchos de los conceptos que acabamos de tratar. Nos proponemos arengarlos a cobrar un protagonismo activo en la transición que ése cambio implica, tomando un nuevo estado de consciencia que considere a la naturaleza y al hombre, ya sea en éste o en cualquier otro desarrollo.


María de la Cruz Rojo
Croix Imagen

Notas

(1)    Para ello, recomendamos la lectura y práctica del ya citado:


También sugerimos la lectura del artículo de John Haltiwanger: http://elitedaily.com/money/science-simplicity-successful-people-wear-thing-every-day/849141/



Fuentes

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